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10 de junio de 2015

Tucumán: Llevan identificados los restos de 40 desaparecidos en el Pozo de Vargas

Las excavaciones empezaron en 2002

Así lo informó el Juzgado Federal N° 2 de Tucumán y señaló que aún quedan por identificar los restos de 36 personas más. Por eso pidieron que los familiares de las personas desaparecidas desde el inicio del Operativo Independencia hasta el final de la dictadura se pongan en contacto con el Equipo Argentino de Antropología Forense, que lleva adelante la investigación junto a peritos tucumanos.


Por: Juan Manuel Mannarino

En el departamento de Tafí Viejo, a las afueras de la capital tucumana, un cartel dice “Pozo de Vargas, Justicia Ya! Organismos de Derechos Humanos”, sobre la vera de un camino de tierra y a metros de las vías del ferrocarril General Belgrano. Cerca de un galpón que luce abandonado, los pobladores saben que allí, hace más diez años, se empezó a excavar un pozo de entre 30 y 40 metros de profundidad y tres metros de diámetro que funcionó como una fosa clandestina durante la dictadura. Pero es una tarea inconclusa: aún el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) trabaja para identificar restos humanos. Así lo comunicó el Juzgado Federal N° 2, a cargo de Fernando Poviña, quien detalló que por la investigación desarrollada en el “Pozo de Vargas” por los peritos del Colectivo Arqueológico Memoria Identidad de Tucumán (CAMIT) y del EAAF, resultaron identificadas cuarenta personas. “Todavía restan identificar treinta seis personas, por lo que solicitamos a los familiares directos de las personas desaparecidas en el periodo comprendido entre el llamado `Operativo Independencia` hasta el 10 de diciembre de 1983, se comuniquen con el EAAF”, expresó el comunicado.

La investigación del “Pozo de Vargas” empezó en 2002. “Es una causa pericial, no tiene acusados ni imputados. El objeto es identificar a las víctimas”, dijo a Infojus Noticias Horacio Arguello, secretario del Juzgado Federal N°2. Entre las personas identificadas también está el ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse. Por su desaparición fue condenado a cadena perpetua el fallecido represor Antonio Domingo Bussi. A diferencia de otros restos extraídos de fosas, esta vez el Equipo Argentino de Antropología Forense trabaja sobre muestras óseas y no sobre esqueletos, un proceso de reconstrucción de mayor complejidad por la degradación. Desde el juzgado aclararon que, de las cuarenta personas identificadas hasta el momento, un grupo “habría sido secuestrada en otras provincias del país”, aunque aún no se conocieron los detalles de la información.

La lista completa de las personas que han sido identificadas desde el 2002 hasta el presente por la investigación en el “Pozo de Vargas” es la siguiente: Guillermo Vargas Aignasse, Nilda Zelarayan, Antonia Romano, Raúl Danun, Segundo Bonifacio Arias, Justina Andrea Carrizo, Eduardo Giménez, Luis Lescano, Roberto Raymundo Vega, Marta Castillo, Roque Marcelino Brizuela, Emilio Ybarra, Leopoldo Navarro, Marcos Antonio Pérez, Gloria Susana Figueroa, Manuel Zoilo Reyes, José Inocencio Racedo, Enrique Díaz, Domingo César Díaz, Julio Oscar Zurita, Dardo Francisco Molina, Humberto Lizarraga, Enrique Sánchez, Hernán González, Carlos Rafael Espeche, José Serafín Urueña o Manuel Urueña (hermanos gemelos desaparecidos), Manuel Arturo Rojas, Manuel Ángel González, Liliana Colombetti, María del Carmen del Valle Jaramillo Galindo, Gabriel Costilla, Ramón Bianchi, Domingo Palavecino, José Eduardo Ramos, Samuel Romero, Santiago Vicente, Ramón Ortíz, Gustavo Fochi, José Enrique López y Manuel Julio Díaz.

El “Pozo de Vargas” es una construcción con ladrillos gruesos. El antiguo propietario del lugar se apellidaba Vargas. Lo construyeron los ingleses a principios del siglo XX para sacar agua y utilizarlo como suministro de vapor para los trenes de la época. Durante la dictadura lo utilizaron para arrojar los cuerpos sin vida de los militantes opositores al régimen militar. Hasta hace un tiempo, estaba en un terreno descampado, lo rodeaban kilómetros de paisaje verde. Desde hace seis años se construyó alrededor el barrio Lomas de Tafí, un plan de viviendas sociales donde viven cientos de familias.


Poeta y trabajador de prensa

El poeta y trabajador de prensa José Eduardo Ramos tenía 21 años, cuando fue secuestrado junto a su esposa, Alicia Dora Cerrota (24) en su vivienda en San Miguel de Tucumán. Ramos era periodista del diario Noticias y de Canal 10. Según los testimonios de sobrevivientes, estuvo detenido en la Jefatura hasta el 1 de septiembre de 1977. Alicia fue vista en el mismo lugar en junio de 1977 y estaba embarazada. Se estima que dio a luz durante su cautiverio.

Eduardo era el segundo de cinco hermanos. A los 14 años ya había ganado premios de poesía. Sus familiares y amigos lo llamaban “El Pollo”. De contextura atlética, nunca había demostrado interés en los deportes. Usaba anteojos desde los 6 años, le gustaba mucho leer y desde muy joven se convirtió en un intelectual. Mientras estudiaba en la escuela de Agricultura, ganó dos premios de poesía en concursos organizados por la Universidad Nacional de Tucumán. Rindió el último año libre del secundario para tener más tiempo para sumergirse rápidamente en el mundo del periodismo. Empezó ayudando a su padre, que trabaja en el diario Crónica.

A principios de 1976, los militares ya realizaban intervenciones en Canal 10 pero la situación de Ramos emperó con la llegada del “cabo Sabino”, quien supuestamente realizaba tareas de "seguridad". Rondoleto recuerda que el periodista tuvo problemas desde un comienzo con Sabino. Entonces Ramos conducía un programa de interés general en la pantalla tucumana, del que participaban políticos locales. En uno de los programas se produjo un fuerte debate que derivó en una discusión a golpes de puño en los pasillos. Allí Ramos escuchó la primera amenaza de muerte.

“Fue el único periodista que subió al cerro con los militares, después del Golpe del 76, allí encuentra compañeros asesinados, los militares arman una escena, lo obligaron a filmar y que arme una nota donde diga que había ocurrido un enfrentamiento para que salga en Canal 10” recordó su hermana. El 1 de noviembre de 1976, cuando ya lo habían despedido del canal, el periodista fue secuestrado en su domicilio en Soldati 226.

Aún se desconoce cómo fue a parar a la fosa clandestina "Pozo de Vargas". Su caso continúa en instrucción. 

Un vicegobernador perseguido por Bussi

Emblema de la resistencia peronista, Dardo Francisco Molina nació en la localidad tucumana de Pampa Mayo el 24 de agosto de 1919. Se recibió de abogado en la universidad de Tucumán y fue elegido diputado provincial en las elecciones del ‘49. Con el regreso de Juan Domingo Perón, en 1973, integró las listas del FREJULI y resultó electo senador provincial ese mismo año. Lo designaron presidente del Senado tucumano y, en consecuencia, vicegobernador de la provincia.


Dardo Molina.

El 15 de diciembre de 1976, el senador salía de su estudio jurídico cuando fue secuestrado por un grupo de tareas bajo el control militar del general Bussi. Por las investigaciones de los organismos de derechos humanos se supo que el vicegobernador fue trasladado primero a la Jefatura de Policía y después al centro clandestino Arsenal. La ex detenida- desaparecida Matilde Palmieri de Cerviño declaró ante la Comisión Bicameral de Tucumán que la noche del 11 de marzo de 1977 vio a Molina en el Arsenal en muy mal estado físico, debido a la tortura. Se cree que, poco tiempo después, habría sido arrojado al “Pozo de Vargas” junto a otros detenidos.

JMM/LC

Fuente: Infojus

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