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20 de marzo de 2017

"Argentina es un laboratorio de Monsanto"

El biólogo francés Nicolas Defarge participó de un estudio europeo que detectó efectos graves del glifosato en riñones e hígado.

"El problema es que las industrias estudian el glifosato solo y lo que usan los productores son combinaciones de químicos cuyos efectos nunca fueron evaluados de manera crónica en animales", dijo el biólogo francés.

Los efectos de los agroquímicos sobre la salud humana son un tema cada vez más debatido en países con fuerte desarrollo agrícola. Es el caso en Argentina y también en Francia, donde un equipo de la universidad de Caen Normandia descubrió los daños severos en riñón e hígado que produce en mamíferos el Roundup, uno de los herbicidas más utilizados del mundo.

Nicolas Defarge es uno de los biólogos que formó parte de ese equipo dirigido por el Dr. Gilles Seralini del Instituto de Biología Aplicada de la Universidad Caen Normandia.

Defarge _que ahora trabaja en el Institute of Integrative Biology, Department of Environmental Sciences de Zurich (Suiza)_ participó como testigo del tribunal a Monsanto realizado en La Haya (Holanda) a mediados del año pasado, y estuvo en Rosario para conocer de primera mano la realidad de esta zona y estrechar contactos con el equipo de salud socioambiental de la facultad de medicina de la UNR, que investiga sobre el terreno los efectos de los agroquímicos sobre la salud humana en el sur de Santa Fe.

“Lamentablemente Argentina es un laboratorio de Monsanto, Syngenta y otros, acá todos los OGM están autorizados y por lo tanto todos los pesticidas asociados a ese modelo también”, dijo el experto francés, quien detalló que las investigaciones de las cuáles formó parte demuestran los efectos perturbadores endocrinólogos y tóxicos de los herbicidas con base en glifosato.

¿Por qué decidieron trabajar sobre los efectos del glifosato?

El glifosato es el herbicida más utilizado del mundo, se usa en cultivos modificados de soja y en algunos maíces y también se usa en Francia con trigo y otros cereales. Hoy encontramos trazas de glifosato en todas partes, en los animales, en la cerveza y en las pastas. Es la segunda causa de prohibiciones de tomar agua potable en Francia, donde también ha sido encontrado. Pero por ejemplo en mi país no se busca glifosato en el vino, a pesar de que si se investiga la presencia de otros 200 tipos de pesticidas. ¿Por qué? Porque ese test estaba protegido por una licencia de Monsanto. Extrañamente, a pesar de ser el primer pesticida utilizado en el mundo no se busca su presencia en los vinos de Francia. La respuesta es que Monsanto puso mucha plata para hacer creer que el glifosato es seguro y que su utilización no implica ningún peligro.

¿En qué consistió el estudio del cuál participó?

Trabajamos sobre un OGM cuya importación está autorizada en Francia que se les da a los animales, es un tipo de maíz tolerante al Roundup. También trabajamos con Roundup en si mismo, ya que es un producto autorizado por las agencias de alimentación en todo el mundo. El problema es que las industrias estudian el glifosato sólo, y lo que usan los productores son combinaciones de químicos cuyos efectos nunca fueron evaluados de manera crónica en animales, algo escandaloso. Todos piensan que los productos que están en el mercado fueron testeados de forma científica, pero no es así. Son las industrias, Monsanto u otros, los que hacen sus propios estudios en laboratorios amigos sobre el glifosato puro, pero no lo hacen en Roundup ni en otros productos combinados. Hemos demostrado que el Roundup sobre células humanas es entre 1.000 y 10 mil veces más tóxico que el glifosato solo, porque el Roundup tiene coadyuvantes que son tóxicos.

Entonces el problema es la combinación de productos...

La combinación es el problema, ya que el glifosato solo es mucho menos activo, aunque muchos estudios muestran que aún así también es tóxico. Pero si se agregan las combinaciones con coadyuvantes se convierte en algo mucho más tóxico todavía. Nuestra dosis más baja de estudio fue una dosis autorizada en el agua potable de 0,1 microgramo por litro, la mitad del límite reglamentario que existe en Francia y en Europa. Estamos varias miles de veces por debajo de lo autorizado en Estados Unidos, y si bien no conozco esa dosis para Argentina es por ejemplo muy inferior a la que se encuentra en la soja OGM brasileña. O sea que trabajamos con una dosis muy débil, con técnicas que son las mejores hoy en día para estudiar los efectos sobre los órganos

¿Cuáles fueron los resultados de estos estudios?

Con esa dosis de estudio en ratas hembras vimos efectos dramáticos en riñones e hígado, algo que cuestiona todas las autorizaciones a agroquímicos, y por ende todo el sistema agrícola tal como lo conocemos hoy. Porque si con una dosis más baja de la autorizada tenemos estos efectos, quiere decir que habría que prohibir todos los productos autorizados hasta ahora por las agencias. Toda la soja argentina y otros OGM deberían estar prohibidos de importación en Europa, y eso cuestionaría todo el sistema agrícola. Según estos resultados todos los productos agroindustriales deberían estar prohibidos, deberíamos prohibir los pesticidas empezando por el Roundup para ir hacia otro sistema agrícola que sea orgánico o agroecológico.

¿Qué pasó una vez que publicaron el estudio en Estados Unidos?

Nuestros resultados no les gustaron a las agencias sanitarias porque contradicen sus declaraciones y los intereses de las empresas del sector. Recibimos críticas y muchas presiones, y la revista donde publicamos nos pidió revisar nuestros datos. A pesar de ser válido, el estudio fue despublicado de esa revista estadounidense, pero la pudimos republicar muy rápido en otra revista europea. Fue evaluado tres veces en total por otras tres publicaciones. Ahora ya tenemos varios estudios que confirman los resultados del equipo de Seralini. Después de este estudio, y gracias a sus resultados, en Europa se hacen test obligatorios sobre los nuevos OGM, pero eso no pasa en América del Sur ni en Estados Unidos. Es un pequeño progreso ya que se prohibieron algunas formulaciones con base de glifosato que contienen un adyuvante determinado que es muy tóxico.

¿Existe mayor conciencia sobre los efectos de los agroquímicos en la salud humana?

Hay una toma de conciencia masiva sobre los efectos de los pesticidas en Europa y vamos mejorando en ese sentido. Pero los productores son las primeras víctimas, es importante decirlo. Hay productores que enfermaron de cáncer por usar un producto de Bayer, y luego ven que el remedio que tienen que tomar para curarse también es marca Bayer, lo que hace crecer las dudas y las sospechas. En Europa hubo una conciencia precoz sobre los OGM y eso generó que exista un sistema de etiquetado único en el mundo. Muchas organizaciones sociales detectaron que el beneficio de los OGM era para las industrias, y no para los consumidores. Creo que vamos hacia un uso cada vez más limitado de los pesticidas también, ya que hay cada vez más estudios que demuestran sus efectos negativos sobre la salud humana.

Los han acusado de ser militantes y no científicos...

Nosotros usamos los medios de la ciencia, pero nos sentimos militantes de la salud pública, de la salud humana. Nos acusan de ser militantes y decimos que si, que somos militantes de la salud humana. Los pesticidas, según mi visión y la de muchos otros científicos, son responsables de muchas enfermedades. Es probable que ya haya más muertes relacionadas con pesticidas que los muertos de la Segunda Guerra mundial, hay que decirlo muy claramente a eso. Además, se generan enormes costos para el Estado. El glifosato fue clasificado hace poco como probable cancerígeno, lo que significa que cada vez hay menos dudas. Lamentablemente Argentina es un laboratorio de Monsanto, Syngenta y otros, acá todos los OGM están autorizados y por lo tanto todos los pesticidas asociados a ese modelo también.

Colaboración local

Una de las razones de la visita a la ciudad de científico francés fue estrechar lazos académicos con el equipo de salud socioambiental de la facultad de medicina de la UNR que dirige Damián Verzeñassi, que con casi 100 mil personas relevadas a través de los campamentos sanitarios ha elaborado una foto muy precisa de los efectos tóxicos de la exposición prolongada a agroquímicos en el sur de la provincia de Santa Fe.

Para Verzeñassi “es muy importante” poder pensar en un trabajo conjunto entre el equipo de trabajo local y Defarge, a quien conoció durante el juicio a Monsanto de la Haya.

“Para nosotros es muy importante que otros expertos vean nuestro trabajo y nos evalúen, es algo muy estimulante, y además es bueno saber que existen otros investigadores que se interesan por nuestro trabajo y puedan validar nuestros resultados”, dijo el experto de la UNR, quien ratificó que la intención es ir “hacia una evaluación externa permanente”.

Defarge, por su lado, ponderó el trabajo realizado por ese equipo de la facultad de medicina ya que permite ver y analizar en el terreno los efectos de los agroquímicos sobre una población estudiada de casi 100 mil personas. “Son datos relevantes”, destacó.


por Jorgelina Hiba / La Capital

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